ASOCIACIÓN DEL SANTO SEPULCRO Y LA SOLEDAD

BREVE RESEÑA HISTÓRICA:

Los orígenes de la hoy conocida como Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad se remontan a la década de 1580.  Surgía por entonces en la parroquia de la Santísima Trinidad una cofradía penitencial bajo la advocación de las Angustias de Nuestra Señora.  No prosperaría mucho la cofradía en el templo que la vio nacer, coyuntura que aprovecharon los dominicos deseosos de competir y restar protagonismo a los franciscanos, quienes monopolizaban las celebraciones de la Semana Santa, para proponer su traslado a su convento de San Ildefonso, lo que sucedió en 1615. Los interesados en el cambio de sede alegaban que la mayor parte de las cofradías principales estaban formadas en conventos ya que por el gran número de frailes, los oficios divinos se hacían con mayor solemnidad, añadiendo que hace más de ocho años que no ingresaban hermanos y se nutría solo de limosnas, no aceptando nadie los oficios de directivos.

Por ello el 23 de Abril de 1615 se realiza el convenio con los dominicos que incluye el traslado de la cofradía de las Angustias y la creación de una nueva titulada del Santo Entierro. Los dominicos ceden a la nueva cofradía la capilla de san Ildefonso para los pasos, estandarte, pendones e insignias.  Sin tener el convento ni voz ni voto sobre el gobierno de la cofradía ni poder servirse de sus enseres.

En los años siguientes, la vida de la cofradía no sufrió demasiados vaivenes, dotándose de varias imágenes. Ya en 1729 se la conoce como “Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro”. Un 22 de septiembre de 1778 ardió la capilla y se consumieron los pasos, sólo consiguieron salvar medio quemada la imagen de San Juan.  Al año siguiente se estrenaron nuevas imágenes de las que se conserva por fortuna la de San Juan con una espléndida cabeza barroca atribuida a Felipe Gil y la del crucifijo articulado que servía para el descendimiento.

La desamortización trajo la ruina del monasterio, lo que obligó a la cofradía su traslado, primero, a la iglesia de Santa Marina y más tarde, a la del Santo Sepulcro y al convento de Santa Sofía, y dotarse de una nueva reglamentación.

Los nuevos estatutos se aprueban en 1849 y en ellos se estructura en dos, de legos y de eclesiásticos.

El obispo de Zamora intentó en 1883 frenar su decadencia, dando instrucciones para magnificar el desfile procesional obligando a participar a todo el clero de la ciudad, a las quince cruces de las parroquias que entonces había y a cuatro integrantes de cada cofradía con sus estandartes.

Subsiste la cofradía en el templo del sepulcro y en 1941 al amparo del Nacional Catolicismo, es refundada la cofradía pasándose a denominar Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad, alcanzando en ese periodo un gran esplendor que le llevaría a reformar y adquirir nuevos pasos procesionales.

SEDE CANÓNICA:

Iglesia del Santo Sepulcro

AÑO DE FUNDACIÓN:

1941

NUMERO DE COFRADES:

500

DÍAS QUE PROCESIONA:

  • Domingo de Ramos
  • Miércoles Santo
  • Viernes Santo
  • Domingo de Resurrección

ATUENDO O HABITO:

Túnica de paño negro ceñida a la cintura con cordón de cáñamo rematado en sus dos extremos con nudos corridos representando las cinco Llagas de Jesús; dos en uno y tres en el otro. Cubren la cabeza con caperuz alto de capillo blanco, que lleva en su parte delantera en paño rojo, la cruz de los caballeros de Jerusalén.

LA COFRADÍA DURANTE EL AÑO:

El tercer sábado de cuaresma, la cofradía celebra su tradicional misa de difuntos y el acto de cesión de insignias.

PASOS PROCESIONALES:

La entrada de Jesús en Jerusalén. Obra de Jaime Matrus y Riera. Año 1950

Cristo Articulado.  Anónimo. Año 1722

La Magdalena.  Anónimo. Año 1954

Cristo de la Expiración. Obra de Esteban de Rueda y Sebastián Ducete. Año 1615

La Piedad. Obra de Miguel Blay Fábregas.  Año 1946

San Juan. Obra de Felipe Gil

Jesús Yacente. Obra de Tomas Noguera Belenguer. Año 1959

Virgen de la Soledad. Obra de Tomas Pares. Año 1954

Jesús Resucitado. Obra de Antonio Tome. Año 1692

Virgen de la Alegría.  Anónimo. Siglo XVIII

ACTOS Y PROCESIONES:

Aunque forman parte de sus procesiones, el Miércoles santo destaca la adoración y canto de las cinco llagas tras la procesión del Vía Crucis.

El viernes Santo, destaca previo a la salida de la procesión, el acto del Descendimiento de cristo de la cruz en el centro de la plaza mayor.